El budismo en la literatura coreana, Tripitaka (대장경 )

El budismo llegó a Corea en el año  372 D. C. cuando el reino de Goguryeo invitó a un monje chino, y este trajó consigo textos y esculturas. En 384 D.C. esta filosofía fue adoptada también por el reino Paekje, debido a la influencia que ejercía en la familia real. Mientras que en el reino de Silla se empezó a practicar el budismo a partir de la leyenda del mártir Yi Cha-don (이차돈). Cuenta una leyenda que este joven de veintidós años fue decapitado por el rey, y al ser separada de su cuerpo, su cabeza rodó hasta el monte de Geumgangsan (Sogeumgangsan de Gyeongju). Esta historia logró popularizar el budismo y atribuirle poderes mágicos.

Durante la unificación de Silla, el budismo se convirtió en doctrina y contribuyó con el desarrollo de las artes. Al final de este período se introdujó el budismo zen, cuyo centro era el estudio y la meditación. En el S. X, durante el período de Goryeo, el budismo se transformó en la religión oficial del Estado coreano. Sin embargo, este dejó a una lado la introspección del individuo y paso a ser una práctica ritualista.

El texto budista que caracteriza el reino Goryeo es la Tripitaka (대장경). Este texto fue elaborado, a partir de una referencia China, como una forma de conseguir la protección de Buda frente a la invasión de los mongoles.  Estas escrituras budistas consisten en una impresión de caracteres móviles, 81.258 bloques de madera para ser exactos, consta de 6568 volúmenes y está dividida en 1501 categorías. Fue impresa entre 1019 y 1087. Aunque la primera copia fue destruida, hoy en día se conserva una versión del siglo XIII en el templo Haeinsa.

Bibliografia

Min, Wonjung. Estudios coreanos para hispanohablantes: Un acercamiento crítico, comparativo e interdisciplinario. Santiago: Universidad Católica de chile, 2009.

Shim Jae-Ryong. Budismo coreano. Tradición y transformación. Madrid: Editorial Verbum, 2005.

Serrano, Pío. La breve historia de la literatura coreana. Madrid: Editorial Verbum, 2018.

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